Versos Paralelos
Romanos 3:23
La Biblia de las Américas
por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,
Nueva Biblia Latinoamericana
por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios.
Reina Valera Gómez
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;
Reina Valera 1909
Por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios;
Biblia Jubileo 2000
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;
Sagradas Escrituras 1569
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;
Explicación de romanos 3:23
Nuestra realidad
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios…”
En primer lugar estos versículos nos muestra la realidad de nuestro estado de condenación eterna por causa del pecado. Desde que nacemos todos traemos la naturaleza pecaminosa que es la que nos impulsa a alejarnos de Dios:“He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”, (Salmo 51:5).
Y desde los mismos comienzos de la humanidad el ser humano tiende con gran facilidad a hacer lo malo: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”, (Génesis 6:5). Por esto mismo Pablo afirma que en su original estado todos estamos excluidos de la gloria de Dios, reservados para el juicio por nuestros pecados.
Debido a esta realidad el hombre busca la forma de como escapar del infierno tratando de justificarse delante de Dios a través de sus buenas obras las cuales no son suficientes para borrar todas nuestras iniquidades, “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”, (Isaías 64:6). Y el apóstol Pablo nos recalca que nadie se justificara delante de Dios por sus propios medios: “ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”, (Romanos 3:20).
El precio de la justificación
… siendo justificados gratuitamente por su gracia…”
En cuanto a la justificación que Dios ofrece hay algunas cosas de debemos saber y la primera de estas es que es completamente gratuita. La salvación es uno de los dones más preciosos de la vida cristiana y su valor es incalculable a tal punto que nadie puede ser capaz de alcanzarlo por sus propios medio, sino es un regalo de misericordia que Dios otorga: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”, (Efesios 2:4-5). Ahora bien, el hecho de que sea gratuita no significa que no valga nada, sino es tan cara que nosotros no podríamos comprarle a Dios esta justificación ya que vale la sangre de su Hijo, y por eso en su misericordia la ofrece gratuitamente.
El medio de nuestra justificación
mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre…”
Esta justificación se alcanza por medio de la fe en el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario. La fe es sumamente importante para alcanzar esta salvación, ya que sin ella se hace imposible lograrlo: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”, (Efesios 2:8-9). Una vez más los términos gracia y misericordia están incluidos en el concepto de la salvación haciéndonos ver que las buenas obras jamás sean un sustituto de la fe en Cristo.
¿Para quien es esta justificación?
“¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles”.
Finalmente, esta salvación es universal, es decir, no solo para los judíos, sino para todo aquel que cree en Él. Algunas religiones del mundo son exclusivas de sus habitantes, solo los de su nacionalidad pueden optar a ellas, otras presentan ciertos requisitos para ingresar a ellas, pero el evangelio de Cristo es para todo hombre, sin importar su nacionalidad o condición social.
Enseñanza de romanos 3:23
No importa cuánto intentemos, no importa lo bueno que seamos o cuanto trabajemos, nunca podremos llegar a la meta más importante: la gloria de Dios Todopoderoso. Gracias a Dios, no requiere que seamos alguien que no somos: perfectos, sin mancha y santos. Lo que si hace es rehacernos para que lleguemos a tener estas cualidades (Colosenses 1:"1-23). Por la gracia, por el don de su Hijo quien nos compró y nos dio su justicia (2 Corintios 5:21). Alabado sea Dios. Alabado sea nuestro Salvador, Cristo Jesús. Ahora debemos vivir con Jesús como nuestro Señor, no para ganar o asegurar nuestra salvación, sino para agradecerle por lo que ya nos ha dado de manera tan bondadosa.
Vídeos de romanos 3:23
Contenido