Cuatro puntos importantes sobre la Gran Comisión
Mateo 28:19-20
"Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo"
Lo anterior es el relato de Mateo de lo que comúnmente se llama la "Gran Comisión". Este mandato contiene una serie de verdades importantes que merecen ser destacadas.
En primer lugar
observe que el bautismo es "en el nombre" de la sagrada Trinidad. En el N.T. griego, la expresión "en el nombre" significa entrar en la "posesión" de otro (Arndt & Gingrich, Greek-English Lexicon of the New Testament, p. 575). Por lo tanto, en el momento del bautismo, uno entra en una relación especial con la divinidad. Uno no disfruta de esta relación antes del bautismo, como muchos denominacionalistas alegan.
En segundo lugar
"el" precede a cada uno de los Tres Santos. Es "el Padre", "el Hijo" y "el Espíritu Santo". El uso repetitivo del artículo indica que se trata de tres Personas distintas (cf. B. Warfield, Biblical & Theological Studies, p. 42). El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, por lo tanto, no son simplemente tres manifestaciones de la misma Persona, como afirma la secta Pentecostal de la Unidad.
Tercero
el bautismo aquí contemplado fue administrado humanamente. Los discípulos fueron comisionados para enseñar, y sumergir mientras salían. Esto revela que el rito en cuestión era el bautismo en agua, ya que el bautismo del Espíritu Santo fue administrado directamente por Cristo (Mateo 3:11).
Además, puesto que el bautismo ordenado en este contexto debía continuar hasta el fin del mundo (20), es obvio que el "único bautismo" de Efesios 4:5 era la inmersión en agua, ya que el "bautismo" en el Espíritu ya había quedado obsoleto cuando Pablo escribió esa carta.
En cuarto lugar
la presencia permanente del Señor con su pueblo hasta el fin del mundo dependía de la ejecución fiel de su plan (es decir, la inmersión de los enseñados). Por lo tanto, está claro que el cristianismo no debía ser un sistema en evolución, sino que sus formas doctrinales debían permanecer estáticas. Así, por ejemplo, la aspersión nunca podría convertirse en un sustituto de la inmersión.
Oración
Padre: gracias te doy por estar siempre conmigo. Mi vida no sería la misma si no hubieras tocado mi corazón. Quiero comprometerme contigo y obedecer tus mandamientos, por ello te pido que me des entendimiento de tu Palabra para que pueda ir y compartirla y fe para recordar que Tú siempre estás a mi lado. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén
Vídeos de Mateo 28:19-20
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