Versos Paralelos
Galatas 2:20
La Biblia de las Américas
Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Nueva Biblia Latinoamericana
"Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Reina Valera Gómez
Con Cristo estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Reina Valera 1909
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí.
Biblia Jubileo 2000
Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
Sagradas Escrituras 1569
Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
Significado Según La Biblia
En su carta a los Gálatas 2:20 el apóstol Pablo escribió que había sido "crucificado con Cristo" y, como resultado, Pablo ya no vivía. ¿Significa esto que Pablo colgó en la cruz con Jesús y fue crucificado junto con él físicamente? Obviamente no. Entonces, ¿qué quiso decir Pablo con "crucificado con Cristo"? La vida y la muerte a las que aquí se alude son espirituales, no físicas.
En el versículo anterior, Gálatas 2:19, Pablo declara que en Cristo llegó a ser muerto a la Ley, insensible a ella de la misma manera que la muerte física hace a una persona insensible a todos los objetos e influencias circundantes. Pablo dice que se volvió insensible a la Ley como un medio de justificación. Perdió su poder sobre él y dejó de influenciarlo.
Pablo también estaba muerto al mundo, a la ambición y al amor al dinero, al orgullo de la vida y al dominio del mal y de las pasiones odiosas. Perdieron su poder sobre él; dejaron de influenciarlo. Ellos también fueron crucificados con Cristo.
Y ya no vivo yo
No el mismo yo de antes, sino otro hombre, una nueva criatura: no vivía ahora como en su estado de no regeneración, y mientras estaba en el judaísmo; no era ahora Saulo el blasfemo, el perseguidor, y persona injuriosa; tampoco vivía ahora Saulo el fariseo:
o la vida que él tenía no era de su propia obtención y procuración; su vida de justicia no era de sí mismo, sino de Cristo; su ser vivificado, o tener principios de vida y santidad implantados en él, no era por sí mismo, sino por el Espíritu; y la vida santa y la conversación que él vivió no era debido a sí mismo, a su poder y fortaleza, sino a la gracia de Dios; o no era propiamente él mismo, o tanto él que vivía.
Debe ser entendida, no de su vida natural, sino de su vida espiritual; la vida de justificación vivió, por la fe, en la justicia de Cristo; y la vida de santificación que tuvo de Cristo, por las influencias vivificadoras de su Espíritu, en virtud de las cuales anduvo en novedad de vida. El creyente es una paradoja, está muerto a la ley, y "vive" para Dios; está crucificado con Cristo, y sin embargo vive por él; sí, un Cristo crucificado vive en él.
Mas vive Cristo en mí.
Que no sólo fue el autor y mantenedor de su vida espiritual, sino la vida misma; se formó en su alma, habitó en su corazón, se unió a él, fue uno con él, de donde surgieron todos los principios vitales y todas las acciones vitales, y fluyó toda la comunión y todas las comodidades de una vida espiritual.
Muerto al pecado
Por la fe mantenemos el pecado en la muerte donde pertenece. Nos consideramos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. El pecado no debe reinar en nuestras vidas, para que lo obedezcamos en sus concupiscencias Los deseos que experimentamos que van en contra de la voluntad de Dios.
En otras palabras, un deseo de cualquier cosa pecaminosa. (Ver Santiago 1:1). También llamado "pecado en la carne". Aunque la expresión "lujuri" se piensa a menudo en conexión con los deseos sexuales pecaminosos, las lujurias incluyen cualquier cosa que vaya en contra de lo que es bueno y justo a los ojos de Dios. (ver 2 Timoteo 2:22.; Gálatas; Romanos 6:11-12)
Tenemos tentaciones en nuestra vida pero no debemos obedecerlas. En otras palabras, estamos muertos a nuestros deseos. Hemos recibido poder para hacer esto al tomar esta posición de fe: muertos con Cristo, crucificados con Cristo.
Si Pablo pudo creer que fue crucificado con Cristo, debe ser posible para nosotros también. Por eso está escrito como un hecho: "Y los que son de Cristo han crucificado la carne"
La "carne" son todos los deseos pecaminosos, tentaciones, lunares, entre otros... que moran en la naturaleza del ser humano. Es la fuente de la tentación, y nada bueno habita allí. (ver Gálatas 5:19-21; Romanos 7:18; Gálatas 5:24; Romanos 8:5)
Vídeos de Galatas 2:20
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