¿Quién escribió el Evangelio de Lucas?
El Evangelio de Lucas es bien conocido por su estilo detallado, aunque poético, dedicado a presentar una descripción totalmente creíble de la vida, la obra y la resurrección de Jesús. Los estudiosos creen que este evangelio fue escrito por un médico y seguidor de Cristo llamado Lucas, compañero de viaje del apóstol Pablo. Aunque ninguno de los cuatro relatos evangélicos menciona a un autor, los primeros líderes de la Iglesia atribuyeron este relato a Lucas, y se le identifica por su nombre como uno de los "compañeros de trabajo" de Pablo, junto con Marcos, Aristarco y Demas (Filemón 24 NVI). Como el Evangelio de Lucas es un volumen que acompaña al Libro de los Hechos y está escrito con el mismo estilo y estructura, los estudiosos también creen que Lucas fue el autor de esa obra.
Discípulo entregado, Lucas estuvo al lado de Pablo cuando el controvertido apóstol fue encarcelado (2 Timoteo 4:11). Aunque no se menciona su procedencia, los estudiosos creen que probablemente era gentil; Pablo solía incluir a Lucas en último lugar, después de nombrar a los trabajadores cristianos judíos que le acompañaban. Por su dominio de la lengua griega y sus detalladas descripciones de Antioquía, es probable que fuera nativo de esa antigua ciudad griega.
Contexto y antecedentes de Lucas
Debido a que se basa en el Evangelio de Marcos, los estudiosos creen que el Evangelio de Lucas fue escrito alrededor de los años 60-80 d.C., probablemente poco después de que ocurrieran los hechos. Aunque el relato está dirigido al "excelentísimo Teófilo", su minucioso detalle, su extensión y su amplio mensaje evangélico se dirigían presumiblemente a un público mucho más amplio: judíos y gentiles de toda Asia Menor.
Teófilo era probablemente un hombre de alto nivel social, posiblemente un funcionario romano y un colaborador financiero de la obra de Lucas. Los Hechos también estaban dirigidos a Teófilo. Dada la afirmación de Lucas de que escribía "para que conozcas la certeza de las cosas que se te han enseñado", se piensa que Teófilo estaba experimentando dudas sobre su fe o se encontraba bajo cierta presión para renunciar al cristianismo.
Se cree que el evangelio fue escrito en Roma para personas que no conocían del todo Tierra Santa, dadas las detalladas descripciones del escenario.
Propósito de Lucas
Escrito en un estilo literario elevado que presta mucha atención a los detalles y a la credibilidad de los relatos, el Evangelio de Lucas tenía como objetivo presentar un registro histórico completo de Jesús, desde su nacimiento y ministerio hasta su muerte y resurrección. El objetivo principal es enfatizar el evangelio y ayudar a la gente a entender el mensaje crítico de salvación de Jesús.
El relato de Lucas es único en el sentido de que ofrece información mucho más detallada sobre el nacimiento de Juan el Bautista, a quien el ángel Gabriel dijo que "prepararía un pueblo preparado para el Señor" (Lucas 1:14-17). También ofrece un relato exhaustivo de la anunciación a la virgen María, incluido su canto de alegría (1:46-55). También se ofrece un elaborado relato del nacimiento de Jesús, así como su presentación en el templo y su infancia. Además, muchas de las parábolas más citadas sólo se encuentran en el Evangelio de Lucas, como la historia del hijo pródigo y la del buen samaritano.
Con una estructura lineal, cronológica y muy organizada, que se apoya en la ambientación y la narración meticulosa para exponer sus puntos, Lucas comienza con las concepciones de Juan el Bautista y luego de Jesús, seguidas de sus respectivos nacimientos (Lucas 1-2). Enseguida se identifica a Jesús como "el Mesías" (Lucas 2:11).
El ministerio de Juan y el bautismo de Jesús vienen a continuación, seguidos de la tentación de Jesús en el desierto. Luego viene el rechazo de Jesús en Nazaret y su enseñanza y milagros iniciales, incluyendo la expulsión de demonios y la curación de enfermedades (4:31-44).
Lucas 5 comienza con la llamada de los primeros discípulos de Jesús, seguida de más milagros y la llamada del resto de los 12 discípulos (6:13). A continuación vienen los conocidos discursos de Jesús, que incluyen las Bienaventuranzas, el amor a los enemigos y el juicio a los demás. Se incluye la historia de la gran fe del centurión, así como la unción de Jesús por parte de la mujer pecadora, que derrama un perfume caro y precioso sobre sus pies en agradecimiento por la salvación que ofrece (7:36-50).
Los siguientes capítulos relatan más del ministerio, los milagros y las enseñanzas de Jesús, como la parábola del sembrador, el apaciguamiento de la tormenta, la alimentación de los 5.000 y la resurrección de la muchacha muerta. También relata su revelación de que sería rechazado, matado y "al tercer día resucitaría" (Lucas 9:22).
El viaje de Jesús a Jerusalén viene a continuación, junto con el relato de la oposición a la que se enfrenta, sus grandes curaciones y otros milagros, sus enseñanzas sobre la oración y el arrepentimiento, y sus advertencias sobre la hipocresía. Esta sección también incluye varias parábolas.
Los capítulos 19 a 23 relatan su llegada triunfal a Jerusalén como rey, su traición, su última cena, su ferviente oración en el Monte de los Olivos y su arresto, crucifixión y muerte.
El último capítulo de Lucas cuenta cómo las mujeres -María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y otras- fueron a preparar el cuerpo de Jesús en el sepulcro, pero éste había resucitado.
El relato evangélico termina con Jesús compartiendo una comida con sus discípulos, ayudándoles a entender las Escrituras y prometiendo que Dios enviaría pronto lo prometido: el Espíritu Santo. Luego, Jesús asciende al cielo.
Enseñanza del evangelio de lucas
La forma organizada en que Lucas explica la vida y la importancia de Jesús es útil para muchos cristianos de hoy. Incluso los que han crecido en la iglesia se confunden con los relatos o necesitan que se les reafirme, como Teófilo, la certeza de las cosas que se nos han enseñado.
Pero otro aspecto clave del evangelio de Lucas es la importancia que da a los grupos de personas que suelen pertenecer a la casta inferior de la sociedad: las mujeres, los gentiles, los recaudadores de impuestos, las prostitutas, los enfermos de lepra y otras personas de baja condición.
Por ejemplo, Lucas relata repetidamente las interacciones respetuosas y honorables de Jesús con las mujeres, que en aquella época eran como una propiedad y eran menospreciadas, subordinadas a los hombres, y no se les permitía testificar en los tribunales o participar en el comercio. Pero Jesús habló abierta y públicamente con las mujeres en muchos relatos de su ministerio. Varias discípulas, como María Magdalena, Juana y Susana, acompañaron y apoyaron a Jesús. Sanó a varias mujeres y defendió su valor. Y después de su resurrección, se apareció primero a un grupo de mujeres.
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