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La reina Ester

La reina Ester
Ester era la hija de Abihail, de la tribu de Benjamín, una de las que constituían el Reino de Judá, y cuya élite conoció el exilio en Babilonia (586 a.C.), para obtener, después de varios años, el permiso de volver a su tierra natal por medio de un edicto persa (537 a.C.)6​ La Biblia relata, además del proceso por el que pasa Ester para llegar a ser reina, el valor y la fe que tiene en Hashém, al querer salvar a su pueblo judío, a pesar de sacrificar su posición como reina, e incluso arriesgar su propia vida.

 

¿Quien era ester?

     4 Ester era una joven huérfana. No sabemos mucho de sus padres, salvo que pusieron a su hija el nombre Hadassá, como en hebreo se llama al mirto, hermoso arbusto de delicadas flores blancas. Al morir ellos, un primo de la muchacha llamado Mardoqueo, que ya era bastante mayor, se compadeció de ella y se la llevó a vivir con él. Desde entonces la crió como si fuera su propia hija (Est. 2:5-7, 15).

5 Mardoqueo y Ester vivían como exiliados en la capital de Persia, donde seguramente eran despreciados por seguir la religión y la Ley de los judíos. Sin duda, el afecto que la joven sentía por su primo crecía a medida que él le hablaba de Jehová, el Dios compasivo que tantas veces libró a su pueblo y que, de hecho, pronto volvería a hacerlo (Lev. 26:44, 45). No es de extrañar que entre ambos existiera un fuerte vínculo de cariño y lealtad.

Al parecer, Mardoqueo trabajaba de funcionario en el castillo de Susa, en cuya puerta solía sentarse junto con otros servidores del rey (Est. 2:19, 21; 3:3). No hay mucha información sobre las ocupaciones de Ester durante su juventud, pero es bastante probable que cuidara de su primo y atendiera la casa, situada tal vez en la zona humilde de la ciudad, al otro lado del río. Probablemente le gustaba ir al mercado de Susa, donde los comerciantes y artesanos exponían artículos de oro, plata y otros materiales. ¡Quién iba a decir que más adelante llegaría a disfrutar todos los días de esos lujos! En ese momento no tenía ni idea del futuro que le esperaba.

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Cierto día, una noticia se extendió como la pólvora por toda la ciudad: ¡escándalo en la familia real! En el transcurso de un gran banquete, en el que los nobles disfrutaban  de vino y ricos manjares, Asuero mandó llamar a su hermosa reina Vasti —que estaba con las mujeres en una fiesta aparte—, pero ella se negó a presentarse. El rey, furioso por esta intolerable humillación, preguntó a sus consejeros qué castigo imponerle. Finalmente, decidió destituirla de su cargo y nombrar una nueva reina. Sus servidores salieron en busca de las jóvenes vírgenes más bellas de todo el reino, de entre las cuales el monarca elegiría su nueva esposa (Est. 1:1–2:4).

Ester era hermosa

Mientras veía crecer a su prima, Mardoqueo se llenaba de orgullo y cariño al comprobar un hecho innegable: Ester se estaba convirtiendo en toda una mujer... y muy linda, por cierto. De hecho, el relato dice que “la joven era de bonita figura y hermosa apariencia” (Est. 2:7). Sin embargo, de seguro él no podía evitar sentirse algo preocupado. Tal como indica la Biblia con razón, la belleza no lo es todo. Si la persona no cultiva cualidades como la sabiduría y la humildad, será fácil que se vuelva presumida y orgullosa (lea Proverbios 11:22). ¿Acaso le pasaría eso a Ester? ¿Se convertiría su belleza en una trampa? Solo el tiempo lo diría.

 En cuanto los servidores de Asuero vieron a la bella Ester, decidieron llevársela al palacio real, al otro lado del río (Est. 2:8). ¡Qué dolorosa debió ser la separación! Mardoqueo la quería como a una hija... Y desde luego, no deseaba que se casara con un pagano —por muy rey que fuera—, pero no pudo hacer nada por impedirlo. * Seguramente, Mardoqueo aprovechó esos últimos momentos antes de que se la arrebataran para darle valiosos consejos que ella nunca olvidaría. De camino al castillo de Susa, Ester no dejaba de preguntarse qué ocurriría con ella y qué clase de vida le estaría esperando.

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Características de Ester

Ester aparece en la Biblia como una mujer que se caracteriza por su fe, valentía, preocupación por su pueblo, prudencia, autodominio, sabiduría y determinación. Ella es leal y obediente a su primo Mardoqueo, y se presta a cumplir su deber de representar al pueblo judío y alcanzar la salvación. En la tradición judía se la ve como un instrumento de la voluntad de Dios para evitar la destrucción del pueblo judío, para proteger y garantizar la paz durante el exilio.

¿Como murió Ester?

Llegó al lado del Rey Jerjes una noche de fiesta, obnubilando con su presencia a todos los presentes en el evento de despedida de Amitis.
Ese día sería presagio de lo que ocurriría en el futuro, Darío había sido asesinado por su hermano Ajerjes, la reina no pudo soportar el dolor y se recluyó en una de las torres del castillo, sabía que su marido la engañaba, pero lo más doloroso era intentar soportar la ausencia de su hijo, a su tristeza se sumaba el dolor de la traición de su marido.
Amitis estaba en otro reino disfrutando del amor del rey de Babilonia, por ello entendió que debía recluirse lejos de las miradas de todos.
Ester disfrutaba de la vida palaciega, varias doncellas estaban a su disposición en el momento que quisiera, por las mañanas untaban su cuerpo con aceites aromáticos, tenía todo, joyas, vestidos, muebles que la hacían sentir reina sin serlo.
Jerjes enviaba cada mañana a su emisario, la despertaban con el aroma de flores exóticas y presentes realizados por los orfebres del reino, a ella le gustaban todas las distinciones, pero entre moblajes de ébano y plata se sentía sola, su hombre no disponía del tiempo suficiente para complacerla.
Sabía que en una torre del inmenso palacio, la reina estaba postrada en una cama, presa del dolor de haber perdido al hijo de sus entrañas y la ausencia de Amitis, solo podía acumular tristeza.
Ester necesitaba otra vida, se había cansado de los obsequios fastuosos, Jerjes apenas le dedicaba unos minutos por día para que no se extinguiera el fuego de la pasión.
Una noche tranquila, Jerjes partió rumbo a Atenas con el propósito de conquistar otras tierras.
El destino le señalaba la oportunidad, con la participación de un emisario del monarca trazó un plan macabro, debía matar a la reina, sería la única forma de terminar con su papel de amante del monarca.
Jerjes en plena epopeya recibía un recipiente de oro y plata, en él inerte descansaba el corazón de la reina.
Ester sintiéndose sola, convocaba a fiestas imperiales, se entregaba a los brazos de otros hombres, disfrutaba de una vida sostenida con recuerdos.
Una noche posterior a un baile, un eunuco la invitó a los jardines, sus siluetas se unieron al conjuro de las estrellas, en ese instante de amor y furia, de sus ropas sacó una daga, mientras besaba a Ester con pasión descontrolada hundió el filo brillante del arma en el cuerpo de la mujer admirada por casi todos.
Ester se desangraba en los jardines, al eunuco poco le importaba, otra vez más sería fiel a su reina

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Vídeos de La reina Ester

https://www.youtube.com/watch?v=VK3p3TmcHE0

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